Pinturas, colores, trazos, rituales cotidianos de belleza... ¿tratamos de mejorar nuestro aspecto o en realidad estamos ocultando alguna cicatriz emocional?.
Cuando el dolor se instala en nosotros y sentimos que el rencor gana terreno al amor, cuando el olvido se nos resiste y revivimos un pasado lastimoso... Es difícil engañar al alma con disfraces o maquillajes. Solo hay una realidad interior de la que somos conscientes.
Al cerrar los ojos, en la soledad de cada noche, solemos ver esa realidad como reflejada en un espejo... Necesitamos cuidados emocionales para nuestro espíritu, necesitamos sensaciones positivas, ilusiones, sueños...
Sanemos nuestra alma con un pensamiento de paz cada día
No hay comentarios:
Publicar un comentario