De niños creemos que mamá todo lo puede, que no siente cansancio, que no sufre... La vemos como a un héroe sobrevivir a grandes tragedias, llevándonos de la mano y mostrándonos la vida siempre del lado más bello.
Siempre que lo necesitamos nos rodea con la protección de sus brazos, comprendiendo nuestros gestos y nuestros silencios, nuestro dolor... ella también nos necesita.
Las madres siempre nos enseñan el más hermoso sentimiento, el sentimiento que lleva paz y tranquilidad en los momentos difíciles de la vida, el que nos contiene, el que minimiza el dolor, el que nos hace luchar por nuestros sueños, pero, sobre todo, nos enseñan a experimentar aquello por lo que se mueve el mundo: EL AMOR
Hoy, yo soy madre y mi firme propósito es vivir mi vida de tal manera que cuando mi hijo piense en justicia, cariño, amor e integridad, piense en mí... Te amo Alejandro
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