En el momento en que cortaron el cordón umbilical, supe que mi corazón caminaría siempre fuera de mi cuerpo... En ese instante conocí el miedo a lo desconocido, a lo que escapa a nuestro control pero, también, un amor inmenso del que desconocía su existencia y magnitud... Acababa de nacer una Madre.
Al principio todo fueron cambios... él se convirtió en el Rey de mi espacio, el dueño de mis horas y poco a poco, revolucionó mis emociones haciéndolas suyas... Todo mi entorno lo hice crecer acompañando sus pasos.
Ser madre es mi mayor acto de Amor, mi mejor escuela de humildad, risoterapia, humanidad y cercanía, sensibilidad y un sinfín más de aprendizajes positivos... Él es la luz de mis días y el motor de mis sueños... Llevar un ser en nuestro interior, traerlo al mundo y acompañarlo día a día, es algo único en la vida y la mayor oportunidad de crecimiento personal.
Ser madre es mi mayor acto de Amor, mi mejor escuela de humildad, risoterapia, humanidad y cercanía, sensibilidad y un sinfín más de aprendizajes positivos... Él es la luz de mis días y el motor de mis sueños... Llevar un ser en nuestro interior, traerlo al mundo y acompañarlo día a día, es algo único en la vida y la mayor oportunidad de crecimiento personal.
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